EDITORIAL
EDITORIAL
Luego de la Independencia Nacional y producto de un cuadro de inestabilidad en el orden económico, político y social en la incipiente República Dominicana, los nacionalistas tuvieron que defender, con sus armas y con sus vidas, la ratificación de que éramos una patria libre e independiente.
Las universidades, como instancias educativas, tienen el compromiso perentorio de formar profesionales de alta cualificación, con capacidad de afrontar con éxito los múltiples retos de una sociedad en constante cambio.
En las aulas, en los laboratorios, en los talleres, en las áreas deportivas, en sus recintos y centros regionales, en las calles de su campus central, la UASD vive llena de manifestaciones del pensamiento más avanzado que se expresa en la nación.
Al examinar las complejidades del proceso de expansión de Europa en América, delineado a finales del siglo XV por el viaje iniciático de Cristóbal Colón, el poeta Neruda concluyó que los conquistadores, en su afán desmedido por riquezas: Se llevaron todo y nos dejaron todo, nos dejaron las palabras. Nada más cierto, pues en la musicalidad de nuestro idioma se perciben préstamos forzosos del habla nativa y, como afirmara René Depestre, del río muscular de África, también se aprecia este legado en las aulas conventuales de las diferentes órdenes religiosas que pisaron suelo americano.