SIN SABER DE LETRAS
No quiero parecer un consejero matrimonial ni mucho menos pero para mí ese hecho marcó para siempre la cotidianidad de la familia amiga. Tiempo después se separaron los esposos, dividiendo así a tres hijos de su padre y trasladándose a vivir a otra ciudad.
Sin embargo, quiero apuntar que todos recordaremos los buenos momentos que Mimosa nos brindó. No Será lo mismo para ninguno de los que recordamos la perrita ni será jamás lo mismo para el matrimonio lamentablemente separado. Mimosa ya no está, pero tampoco están juntos los esposos que albergaban en su morada los cálidos ladridos de un pequeño ser que ya no volverá a ser.