SIN SABER DE LETRAS
Ya sabemos, sobre todo los de más edad, los diferentes niveles de adrenalina que se viven entre la adolescencia y la juventud, cuando se busca desesperadamente una personalidad propia. Es normal que durante el período mencionado algunos amigos se conviertan en inseparables y donde se le ve a uno, por lo general, se le ve a otro u otros más.
A principio de los años noventa, cuando la tecnología se convertía en la nueva experiencia para todos, nos juntamos en la casa de uno de mis amigos para probar unas bocinas que compramos y las usaríamos por primera vez en su habitación para ver y escuchar el vídeo musical “Jam”, donde el rey del pop, Michael Jackson enseña cómo bailar a la leyenda del baloncesto Michael Jordan, y, a cambio, Jordan enseña a Jackson cómo jugar al baloncesto.
Preparamos todas las conexiones y una vez todos listos, pusimos a todo volumen el equipo a funcionar. El video iniciaba mostrando un edificio desde el cual salía desde su interior -y a gran velocidad- un balón que rompía una ventana.
La madre del amigo y dueña de la casa donde nos encontrábamos, estaba en la cocina preparando de comer y al escuchar aquel estruendoso sonido salió corriendo hacia donde nos encontrábamos y gritaba: Rompan to’, acaben con to’. ¡Espíritu de destrucción!
Su rostro, cuando llegó a la habitación y no encontró lo que esperaba encontrar, sigue siendo para mí el más indescifrable poema de confusión y desorientación jamás vuelto a ver en mi vida.