SIN SABER DE LETRAS
A juzgar por el título, muchos pensaran que este relato tiene que ver con alguna bellaquería cometida por mí o en la que participé. Pero realmente tiene que ver con una vivencia de un amigo y una demostración de baile de la que él fue testigo.
Robert, vi dos tipos bailando y quedé traumatizado. Me dijo.
¿Cómo así? Pregunté interesado.
Saliendo de la Facultad (Artes en la UASD), vi dos tipos bailando “…esta noche hazme travesuras”, y quedé impactado hermano. Del tema no se habló más, simplemente me hizo el comentario.
Resulta que una tarde mi amigo me acompañó a visitar a mis padres y ¡Oh sorpresa!, los bailarines de la facultad eran del barrio y conocidos de infancia, el Cuervo, por su color oscuro y la forma de la nariz, y Cablín, que se dedicaba en sus años mozos a instalar el cable de manera ilegal en la zona, los llamé y nos acompañaron. Una vez en presentados, se tocó el tema de la experiencia de mi amigo con su forma de bailar y decidimos colocar la canción en cuestión y disfrutar de sus habilidades.
La demostración era impresionante, pero no fue eso lo que provocó el mayor impacto en mí, la sorpresa mayor me la llevé cuando vi que mi amigo se paró y acompañó en el baile a los paisanos. Esa noche quedó marcada como la Noche de Travesuras. Mucho tiempo ha pasado y aun así no he podido olvidar aquella inolvidable demostración de arte popular en su máxima expresión.