El director del CNS, ingeniero geólogo Ramón Delanoy, sostuvo que esa dependencia de la Facultad de Ciencias de la Primada de América da seguimiento a los movimientos sísmicos, a través de las estaciones de la Red Sismológica y Acelerográfica Nacional y de alianzas con entidades similares de Cuba, Puerto Rico, Haití, Jamaica e islas Turco y Caico.
El especialista explicó que desde el punto de vista científico no existe método de comprobación ni regla que permita determinar el cumplimiento de un ciclo ni el tiempo en que pudiera producirse un seísmo o movimiento telúrico.
Asimismo, el funcionario asegura que no se puede sostener que exista un lapso o período establecido en el que se prevea de manera automática cuándo ocurrirá este tipo de fenómeno o la intensidad que presentará.
Delanoy ponderó la conveniencia de crear una cultura de resiliencia antes los últimos acontecimientos telúricos que se han estado produciendo en los últimos años en otras naciones vecinas, especialmente desde finales del año 2019.
Sobre el CNS
El Centro Nacional de Sismología (CNS) de la UASD fue creado en el 1948, fecha a partir de la cual ha sido objeto de cambios y transformaciones y hoy es la única fuente facultada para consulta e información en materia sísmica.
En el ámbito nacional, trabaja de manera coordinada con el Sistema Nacional de Emergencias del país y los organismos de prevención mitigación y socorro: Comisión Nacional de Emergencia (COE) y la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), con las cuales conforman un sistema en el que fluye la información.
LA HISTORIA SÍSMICA DE LAS ANTILLAS Y EL CARIBE
Las sacudidas que se han producido en Puerto Rico en los últimos días (en diciembre 2019 y enero 2020) alcanzaron la categoría 6.7 y 6.4 en la escala de Richter, situación que pone en alerta máxima nuestro país.
Los expertos en el área orientan sobre el proceso en que se producen los movimientos telúricos, los cuales son provocados por la energía acumulada, que induce a que la tierra se mueva dos centímetros al año.
El nuevo ciclo de movimientos telúricos empezó en el 2003, con el sismo de Puerto Plata, en el Norte de la República Dominicana, el cual alcanzó la categoría de 6.4 en la escala de Richter.
Luego, en el 2010, el movimiento que provocó el terremoto de Haití (en el lado Oeste de la isla) alcanzó el nivel de 7.0, dejando destrozada la capital de esa nación y una cantidad considerable de víctimas mortales. En el mismo año se produjeron replicas: en septiembre de 6.0; y el 4 de octubre de 4.3, respectivamente.
HISTORIA DE TERREMOTOS EN RD
En 1562 se registra el primer gran terremoto de la Isla, el cual destruyó los poblados de La Vega y Santiago. De igual forma se produjeron eventos similares que afectaron a las provincias de Azua y El Seibo.
En el 1946, la costa Norte de la República Dominicana sufrió otro gran terremoto, en Nagua; el cual borró el poblado de Matancita y ha sido el más fuerte de los registrados en las Antillas y el Caribe, con una magnitud de 8.1, en la escala de Richter. Cuatro días después, una réplica de 7.6 arrasó con lo que había quedado.
También, en 1966 se produjo un movimiento continuo de la tierra, provocando que durante seis meses se mantuviera temblando. Es el período más parecido a lo que acontece en estos momentos en la isla de Puerto Rico.
Haití, Puerto Rico y República Dominicana son similares en su composición sísmica, en ubicación geográfica y en relación con las falla de Milwaukee, por lo que para su manejo hay que verlas como un conjunto.
El sismo de Haití, en enero del 2010, fue de 7.0 grados, mucho menor que el de 1946 de República Dominicana; pero mayor que los ocurridos en Puerto Rico los últimos dos meses.
RECOMENDACIONES GENERALES
La Universidad Autónoma de Santo Domingo, desde la Dirección del Centro Nacional de Sismología, quiere orientar a los ciudadanos sobre la realidad, actualidad sísmica y posibilidad de terremotos que pudieran afectar el país.
Advierte que, lamentablemente, no se puede evitar la ocurrencia de estos fenómenos y que el papel de las instituciones como el CNS es solo de orientación, para que los daños provocados resulten de menores consecuencias para la población, por lo tanto, hay que tomar en cuenta que:
- La clave es la prevención en el manejo de los posibles efectos de los fenómenos.
- Hace falta la creación de un sistema más eficiente y coordinado de comunicación que facilite la intervención a tiempo cuando ocurra algún fenómeno.
- Es una demanda establecer protocolos en el sistema de construcción, en los estudios de suelos, y los materiales de construcción para que cumplan con los requerimientos demandados.
- Urge crear capacidad de mitigación y protección de los seres humanos y educar en todos los niveles de la población sobre la posibilidad y realidad sísmica del país.