Con el conversatorio titulado “Mujeres de Abril”, realizado en el Auditorio Manuel del Cabral, de la Biblioteca Pedro Mir, la Primada de América enalteció a esas intrépidas damas, que con valentía, abnegación y coraje, lucharon por su patria, habiendo muchas de ellas ofrendado sus vidas en ese trascendental período de nuestra historia.
La actividad, dirigida a reconocer el papel de la fuerza femenina, formó parte del programa pautado por la UASD para conmemorar el 50 aniversario de la ofensiva patriótica de abril del 1965. Estuvo estuvo coordinada por la Comisión formada al efecto, que encabeza exrector de la Academia y excombatiente, doctor Porfirio García Fernández.
Cientos de esforzadas mujeres, al igual que en la Guerra de la Independencia, aportaron de diversas formas a esa lucha revolucionaria: con sus escritos, organizando el suministro de comida, curando heridos o fungiendo de palomas mensajeras para llevar encargos a las misiones de los grupos constitucionalistas.
Entre las valerosas damas participantes en la gesta librada en el 1965 entre militares y civiles de República Dominicana contra las tropas invasoras de Estados Unidos figuran Teresa Espaillat, Milagros Concepción, Delta Soto, Edith Ramírez, Hilda Gautreaux, Yolanda Guzmán, Emma Tavárez Justo, Piky Lora y Aniana Vargas.
También formaron parte de esa importante fuerza femenina que arriesgó su vida en defensa de la República Dominicana: Venecia Juan, Edith Altagracia Ferreira, Fiume Gómez, Elvira Johnson Ortiz, Milagros Concepción, Gisela Antonia Mercedes y Ana Joaquina Viñel Taveras.
Teresa Espaillat, al recordar con nostalgia ese acontecimiento, señala que ella y sus compañeras de lucha eran muy jóvenes, pero eso no les impidió salir a las calles a reclamar.
Milagros Concepción, quien tuvo a su cargo entre sus misiones el llevar noticias a los presos en la cárcel de La Victoria y a los patriotas que luchaban fuera de la zona, resalta la necesidad de dar a conocer lo sucedido, para que los jóvenes conozcan su historia y sepan cómo ocurrieron los hechos desatados a partir del 24 de abril de 1965.
Cristina Díaz era una de las responsables de encaminar la lucha hacia las provincias, como una forma de aminorar la presión que tenían los combatientes en la Capital, y de transportar armas que previamente eran arregladas para no ser descubiertas por los militares durante las requisas.
Recuerda con dolor los tantos intentos frustrados, donde vieron morir en combates a acompañantes de lucha, como el caso de San Francisco de Macorís, así como la ayuda recibida del Padre Clemente María Hernández para salvar vidas.
Edith Ramírez, oriunda del barrio San Antón y hermana del artista plástico y combatiente activo de la revolución conocido como Condesito, relató que la integró a la lucha Maximiliano Gómez, a quien todos conocíamos como el Moreno.
Dijo la académica uasdiana que la participación de la mujer en la gesta de abril no ha sido valorada lo suficiente, partiendo de la importancia de su trabajo. Manifestó Ramírez que no se le ha dado a la mujer en ese hecho histórico la dimensión que tuvo en esa gesta.
Delta Soto narró su experiencia junto al Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien la recibió con entusiasmo y afirmó que el país conoció la libertad con Juan Bosch, tras décadas de dictadura sangrienta y represiva.
Las patriotas participantes en el conversatorio coincidieron en señalar que la importancia y magnitud de esa gesta y el precio que en vidas que costó a la patria, pero que determinó, entre otras cosas, la democratización de la educación, el crecimiento de la conciencia ciudadana y que se impida a los militares ser deliberantes en asuntos políticos.