El evento, realizado en el paraninfo de la Facultad de Humanidades (FH), tiene como objetivo reflexionar sobre un modelo social más igualitario y con perspectiva de género, con miras a disminuir las brechas de desigualdad mediante medidas públicas que redistribuyan las responsabilidades del cuidado y el trabajo remunerado entre hombres y mujeres.
La actividad fue organizada por el Instituto de Género y Familia (IGF), en coordinación con la Federación de Profesores de la UASD (FAPROUASD), la Asociación de Empleados Universitarios (ASODEMU), la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), el Comité Intersindical de la Mujer Trabajadora (Cimtra-CNTD-CASC-CNUS) y el Ministerio de Trabajo.
La doctora Altagracia Balcácer, investigadora del IGF de la UASD, instó a conocer el contenido y la importancia del convenio, para que los empleadores entiendan que no solamente las mujeres tienen responsabilidades, tanto en la empresa como en la familia; y que la idea es impulsar desde esa academia una campaña para ratificar un pacto firmado por el país en el 1981.
De su lado, la doctora María Luisa Rodríguez, representante de la OIT, consideró que este tipo de convenios y otros vinculados al tema son claves para cerrar la brecha existente entre hombres y mujeres, al tiempo de felicitar a la Academia Estatal y a las demás entidades por impulsar la ratificación del convenio que ayudaría a la equidad de género en República Dominicana.
Sobre el tema también se pronunció la presidenta de ASODEMU, licenciada Ángela Núñez, quien señaló que llegó el momento de que hombres y mujeres se desempeñen en igualdad de condiciones, porque son seres sociales comunes y complementarios, por lo cual no debe haber una lucha para que cada quien ocupe un espacio en la sociedad.
La alianza entre las instituciones se plantea promover e impulsar la adopción del Convenio 156 de la OIT, tomando en cuenta “que, según las estadísticas, el tiempo que las mujeres le dedican al trabajo es de 62 %, no pagado, y los hombres sólo el 21 % y que en la semana las hembras trabajan 31.2 horas y los varones 69.6, por lo que se busca un equilibrio en este sentido.
Sobre el Convenio número 156
Este convenio surgió en 1981 como una iniciativa de gobiernos, empleadores y trabajadores, sensibilizados en las dificultades vividas por millones de trabajadores y trabajadoras que combinan su responsabilidad laboral con las atenciones y el cuidado a sus familias.
Establece que las políticas conciliatorias tienen por objeto armonizar o conciliar la lógica laboral y de mercado de trabajo, así como el derecho de las personas a desarrollarse profesionalmente, con las necesidades de cuidado y reproducción, que incluyen de manera particular la atención a niños, adultos mayores y otras personas dependientes.
Apunta a visibilizar y reconocer el trabajo no remunerado, explicitar y actuar la responsabilidad pública sobre el cuidado de personas dependientes, y disponer de una reglamentación en la organización del trabajo remunerado que no impidan a las personas encargadas de dicho cuidado su inserción laboral con un trabajo remunerado digno.
Indica que tienen efectos positivos para la equidad de género: el aumento de la fuerza laboral, la lucha contra la pobreza y el desarrollo infantil, entre otros aspectos centrales del desarrollo humano; al tiempo de reconocer a la mujer como proveedora igual que el hombre y estimular la incorporación de este al cuidado, así como a las personas mayores de edad en la familia que trabajan de forma remunerada, en pro de una integración familiar más armoniosa.
Además, le da seguridad y estabilidad en el empleo a las mujeres trabajadoras, por cuanto al redistribuir los permisos de cuidado con los hombres tienen menos bajas en el empleo, situación que está afectando de manera negativa la ocupación de las mujeres, un 23.4 % de desempleo ampliado frente a un 12.3 % de los hombres, lo que se traduce en baja participación de sus derechos a pensiones en la seguridad social.
El panel concluyó en que, de ser adoptado y luego ratificado el Convenio 156, la República Dominicana estaría dando un paso importante en su política de igualdad hacia la mujer, por cuanto uno de los aspectos principales que genera tensión en la realización de la doble jornada de la mujer es la situación de la atención familiar compartida con el empleo.