El vicedecano de Ingeniería y Arquitectura, maestro Tomás González, señaló que se llenaron las expectativas de verificar el funcionamiento del Plan de Contingencia, así como los niveles de preparación de esa instancia académica para responder ante un sismo de esa magnitud.
González, al hablar sobre el montaje de un simulacro, indicó que éste se hace representando una realidad que puede suceder, en este caso un terremoto, y observar cómo reaccionan las personas involucradas ante un evento de esa naturaleza.
Dijo que se preparó todo en forma real con la participación de ambulancias, bomberos y un grupo de profesores que dirigió y organizó la actividad.
Agregó que pretenden repetir el simulacro ante un sismo en toda la Universidad, incluyendo los recintos y centros del interior del país, para que si ocurriera un terremoto, lo cual sea algo impredecible, saber qué hacer y cómo responder sobre la situación.
El simulacro consintió en la detonación de material explosivo (fuegos artificiales), para simular la explosión de un cilindro de gas, bombas de humo, victimas, sirenas de los bomberos, como si fuera real; se activó una alarma de alerta, donde alrededor de un centenar de personas, entre estudiantes, empleados, profesores de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura (FIA), corrían, mientras eran evacuados por brigadas, lo que dio inicio al simulacro ante un terremoto.
Al lugar se presentó el Cuerpo de Bomberos a mitigar el incendio provocado por las explosiones, las víctimas fueron socorridas al brindarles los servicios de primeros auxilios, en un verdadero escenario simulando un desastre natural propio de un movimiento telúrico.
Luego del simulacro se dejaron formados los comités de la FIA, cuyos miembros fueron capacitados y se elaboró el Plan de Contingencia y una Guía Metodológica para organizar y desarrollar simulacros en edificios universitarios.
El simulacro se ejecutó en el marco del Proyecto Fortalecimiento de las Capacidades de Preparación y Respuesta ante Sismos, que dirige la Dirección de Gestión de Riesgos de la UASD y contó con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación (AECIC), con el financiamiento del Fondo Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta (FN-PMR), de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).