Las palabras de apertura las pronunció el doctor Jaime Ríos Burga, presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), quien destacó los grandes aportes de Haití en los procesos de independencia de los países de América Latina y del Caribe, así como su influencia en aspectos fundamentales de contexto histórico y cultural.
Ríos Burga consideró también que en Haití los profundos problemas sociales en los cuales durante mucho tiempo se ha visto inmersa esa nación constituyen el gran desafío que enfrentan los países de región y que sin dudas se requiere aunar esfuerzos para apoyar a esa hermana república.
La disertante, Sabine Manigat, destacó que para entender la situación social y política del pueblo haitiano se debe conocer la trayectoria y la gran importancia que fueron adquiriendo los movimientos sociales que representaban el sentir popular en sus inicios, pero luego sectorizaron las luchas sociales en demandas de clases que defendía las condiciones de vida de cada grupo.
Puntualizó que los movimientos sociales, a raíz de situaciones de alza de los combustibles y el escándalo de corrupción en el Estado haitiano, se constituyen desde los diferentes sectores en movimientos ciudadanos para de esta manera continuar la lucha contra la corrupción y las demandas judiciales en contra del Gobierno.
Asimismo, Manigat resaltó que con el despertar de los movimientos ciudadanos se hizo evidente la descomposición del Estado y con la abolición de todos los canales donde los ciudadanos se aferraban para legitimar sus demandas se aceleró el desmoronamiento del gobierno haitiano.
La dama concluyó destacando que en Haití, los ciudadanos pueden hacer la diferencia, mediante su incorporación y mediación a través de los movimientos ciudadanos que tienen el poder de definir los caminos de esa nación y mediar con los partidos políticos.
El doctor Max Puig agregó que los movimientos sociales marcaron el devenir histórico de Haití, tras destacar que mediante la nueva visión de un grupo organizado dentro de un país con vacío de poder, como este, las agrupaciones sociales adquieren un rol determinante para el cambio del Estado, el cual es mucho más poderoso que los partidos políticos.
Subrayó también que el actor principal que debe incidir en la redirección y organización de hermano país haitiano debe ser dirigida por ese movimiento ciudadano, sin la intervención e imposición de fuerzas políticas internacionales, práctica que en el pasado no ha dejado buenos resultados.
La actividad fue moderada por la maestra Marina Ortiz, directora de la Escuela de Sociología, quien tras finalizar la disertación, agradeció el apoyo de la ALAS y la disposición de los ponentes para compartir sus conocimientos en torno al tema de los procesos históricos y la situación actual que vive Haití.
La referida ponencia fue transmitida a través de la plataforma Zoom, donde estuvieron conectadas personas de Panamá, Chile y Estados Unidos, así como un nutrido grupo integrado por autoridades académicas y estudiantes de la esa Universidad Primada de América.