La actividad tuvo como objetivo compartir con mujeres trascendidas y “trascendías”, que han roto esquemas y patrones, que se han reencontrado consigo mismas y que por medio de la cultura, la escritura y el derecho, han levantado sus voces silenciadas y aniquiladas, que la poesía se ha convertido en un espacio sagrado para ellas.
La maestra Fidelina Virtudes de la Rosa Hidalgo, directora del Instituto de Investigación y Estudios de Género y Familia de la UASD, expresó que al compartir la segunda edición del poemario las Trascendidas, se busca rememorar la historia del movimiento feminista en la República Dominicana, y entender a las mujeres como sujeto social con derecho a la palabra y tener todos los derechos que tenían y privilegios de que gozaban los ciudadanos en los inicios de ese movimiento.
Afirmó que esas mujeres trascienden con sus palabras, trascienden con su literatura, “son unas trascendías, porque se atreven a hacer lo que hay que hacer cuando hay que hacerlo, por eso la UASD es una institución que se ha atrevido durante estos 482 años a servirle al pueblo dominicano, a ser este canal para que el pueblo, la gente más humilde, cualquier ciudadano o ciudadana tenga acceso a la luz de la palabra”.
Las mujeres autoras del poemario Trascendidas están vinculadas a la labor docente y académica de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, algunas ya jubiladas, pero continúan desarrollando otras actividades formativas y de crecimiento espiritual a través de la literatura, la poesía o la danza.
Expusieron sus experiencias de vida, académica y leyeron algunos de sus poemas, Nelsi Aldebot Reyes, María Hortensia de la Cruz, Xiomara Altagracia García, Carolina Luciano Sánchez, Ekaterina Nikitienko y Berenice Pacheco Salazar.
Aldebot Reyes, se define en su poesía como “mujer, poeta y diosa, Bruja de brujas, tesoro oculto, fuerza viva, transformación”, en la actualidad despliega su trabajo como Maestra de Reiki, facilitadora de Biodanza, terapeuta holística y escritora. Ha dedicado parte de su existencia a escudriñar las causas de la infelicidad humana y las formas como trascenderla.
“Escribir me ha permitido a lo largo de la vida reencontrarme, gustarme, amarme, crecer y desarrollar mi voz, atreverme a compartir con otras personas lo que escribo”, expresó Aldebot Reyes, maestra jubilada, graduada de Pedagogía y Psicología de la UASD.
Mientras que Pacheco Salazar sostuvo que su incursión en la literatura ha sido un proceso de descubrirse y rehacerse, “la escritura ha sido siempre un proceso de transgresión, cuando uno se asume como escritora se debe abrazar a esa creación, es un proceso de autoconocimiento y autoinvitarse”.
En cambio, la maestra De Cruz, egresada de Ciencias de la Educación y Pedagogía, quien se integró al Movimiento Renovador, en los de 1970, afirmó que la escritura es una experiencia de “soliloquio callada”.
Agregó que “escribir es tener una compulsión, un dominio y siente que debe explicar y volcarse en ese mismo dominio. Es una especie de viaje a mí misma, buscando involucrarme”.
De su lado Yeneri Aybar Rojas, egresada de Licenciatura en Leguas Modernas de la UASD y en la actualidad reside en Sevilla, España, en donde realiza estudios de lingüística por medio de una beca que ganó para la Universidad de Sevilla, dijo que “al escribir sentimos ese encuentro con una misma, buscando su propia voz”.
El dialogo con las trascendidas fue convocado por la Rectoría, Vicerrectoría de Extensión, Facultad de Ciencias de la Educación, y coordinado por el Instituto de Investigación y Estudios de Género y Familia, con la participación de la Escuela de Bibliotecología, Tecnología e Innovaciones Educativas, la Unidad de Género y la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
En el mismo participaron docentes, académicas y representantes del movimiento feminista nacional, así como activistas de colectivos de la equidad de género del país.