En un emotivo acto efectuado en los jardines de su Alma Máter, la academia –a través de su vicerrector de Extensión, maestro Antonio Medina, condenó la acción policial perpetrada hace 53 años.
Esa masacre estudiantil provocó gran indignación en todos los sectores de la sociedad dominicana, desencadenando protestas en casi todo el país.
A las diez de la mañana de ese día, mientras una comisión de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) esperaba ser recibida por el entonces presidente provisional Héctor García Godoy, un raso de la PN dio inicio a la masacre.
Consecuencias de esa trágica acción fueron las muertes instantáneas de los estudiantes Antonio Santos Méndez, Miguel Tolentino y Luis Jiménez.
Mientras que Amelia Ricart Calventi falleció 24 días después en un hospital norteamericano a donde fue traslada.
El nueve de febrero de 1966 también resultaron heridos con lesiones permanentes en la columna vertebral los bachilleres Brunilda Amaral y Antonio –Tony- Pérez.
Desde esa fecha, Amaral y Pérez deben andar en sillas de ruedas.
Hubo varias decenas de estudiantes heridos, así como centenares de detenidos.
Vicerrector Medina
Durante el acto del pasado sábado, Medina recordó a los masacrados alumnos que habían marchado pacíficamente para exigir el reconocimiento de las autoridades del Movimiento Renovador Universitario, MRU.
También demandaban la entrega del retenido presupuesto de la academia, al igual que la salida de las tropas norteamericanas, para la época pisoteaban el suelo patrio desde el 28 de abril del 1965.
Al decir las palabras de orden de la actividad, Medina destacó que el sacrificio de las víctimas no fue en vano.
Puso de manifiesto que –posteriormente al ametrallamiento- el presidente García Godoy se vio en la necesidad de reconocer a las autoridades del MRU y entregar los fondos retenidos.
Medina dijo que el nueve de febrero de 1966 es un símbolo de la lucha y el sacrificio del estudiantado nacional.