La posición de la UASD fue dada a conocer mediante una rueda de prensa, encabezada por el decano de Ingeniería y Arquitectura, ingeniero José Joaquín Reyes Acevedo; el asesor de Asuntos de Energía de la institución, ingeniero José Luis Moreno; el director de la escuela de Ingeniería Electromecánica, ingeniero Amparo Céspedes, y el director del Instituto de Energía, ingeniero Ramón Plasencia.
El ingeniero Moreno, quien sirvió de vocero de la comisión, dijo que la Universidad estatal reafirma su criterio de que la energía es un problema cardinal que traba y atenta contra la economía del país y comprometiendo la soberanía nacional, informando que la academia ha hecho varias propuestas técnico-económicas como contribución a la solución de la crisis eléctrica.
Indicó que a la propuesta que tratan de aprobar como Nuevo Modelo de Energía, le falta planificación y estrategias para terminar con la especulación en el pago de la energía, por lo que consideró que el actual pacto no presenta alternativas que beneficien a la población.
Consideró que a la nueva propuesta se le debe incluir la creación de una estructura de expansión que busque la satisfacción de un 100 % de la demanda de energía a un pago mínimo, para el bien del desarrollo del país.
Señaló que la propuesta que la UASD puso a disposición al gobierno el 27 de octubre del año 2012, plantea lo siguiente: El modelo vigente no fue concebido sobre las verdades que gobiernan los procesos eléctricos-económicos eficientes, es imprescindible y responsabilidad de todos desmontarlo y sustituirlo por uno cuya aplicación resulte en el desarrollo económico de la sociedad.
Contempla además, que el nuevo modelo debe sustentarse en los principios de la soberanía energética, al tiempo de enfocarse a corregir las distorsiones que hacen invariable seguir aplicando el modelo que implica un mejoramiento sustancial de la oferta de generación mediante una acción proactiva de parte del gobierno, eliminando la especulación.
Afirmó que la academia espera que el nuevo modelo genere y transporte electricidad de manera más flexible y que elimine los “cuellos de botellas” técnicos y financieros que producen los molestosos cortes de energía.