En febrero de 1970, la Universidad Autónoma de Santo Domingo creó sus dos primeras extensiones en el interior del país, el Centro Universitario Regional Suroeste (CURSO) en Barahona y el Centro Universitario Regional Noreste (CURNE) en San Francisco de Macorís, con dos propósitos; a) Democratizar los estudios superiores, ampliando la oferta a otras ciudades del país; y b) Formar los técnicos y profesionales que requerían las regiones en donde esos centros estaban ubicados. Pero, ¿qué sucedió? Que la demanda estudiantil en esas dos primeras extensiones de la UASD en el interior del país evolucionó en dirección contraria a la que esperábamos. Que la tendencia de la misma continuó operando en favor de la expansión de las Facultades tradicionales. Que los jóvenes de Barahona y de San Francisco de Macorís se mostraron más interesados en estudiar Derecho, medicina, ingeniería, contabilidad, sociología, economía que mecánica automotriz, electricidad, veterinaria, agronomía, etc. Hoy, casi medio siglo después del inicio de esos esfuerzos por democratizar el sistema universitario y de alcanzar una mayor armonía entre los estudios propiamente universitarios y las oportunidades de ascenso social, el número de estudiantes matriculados en institutos técnicos superiores no sólo se ha estancado sino que, en los últimos años, se ha reducido de manera considerable. Las carreras tradicionales continúan siendo las más preferidas por el estudiantado.
Fuente: hoy.com.do