Las palabras de bienvenida en dicha actividad fueron ofrecidas por el decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, maestro Amparo Céspedes, (en representación de la rectora, doctora Emma Polanco de Melo), quien resaltó el empeño que siempre ha mostrado la primera funcionaria uasdiana ante los problemas y amenazas que aquejan a nuestra nación.
En tanto que la salutación estuvo a cargo del licenciado Juan Salas, director ejecutivo de la Defensa Civil, quien valoró la iniciativa de la Primada de América en prestar espacios para que académicos con la calidad que poseen los exponentes de ese conversatorio puedan poner a tono a la población sobre la realidad sísmica del país.
El conversatorio virtual fue moderado por la maestra Olga Jape, el director del CNS de la Primada de América, maestro Ramón Delanoy, el director de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Estructuras y Edificaciones (ONESVIE-MOPC) y el ingeniero Reyes, quienes advirtieron el constante peligro sísmico que nos amenaza.
Delanoy dijo que en República Dominicana en cualquier momento puede ocurrir un terremoto de gran magnitud y que no estamos exentos de ser víctimas de un temblor más fuerte que el que ocurrió en nuestra hermana nación de Haití, por lo cual debemos estar preparados para cuando eso ocurra.
Asimismo, indicó que históricamente la isla La Hispaniola siempre ha sido afectada por la gran actividad sísmica que se mantiene en la región e incluso hasta quedar en estado deplorable, como fue el caso del terremoto ocurrido en Haití en el 1970, provocado por la falla de Enriquillo, la misma que ocasionó el del 2010.
Igualmente, el maestro Delanoy resaltó que las zonas más vulnerables de nuestro país, en la ciudad capital, ante la ocurrencia de un gran sismo son: “El Abanico de Herrera”, “Los Guandules”, “La Puya de Arroyo Hondo”, las afueras de la autopista 6 de Noviembre y la zona del parque Zoológico Nacional.
El ingeniero Leonardo Reyes expuso que la situación que provoca un terremoto viene íntimamente ligada a la resistencia de las edificaciones levantadas, por lo cual se debe realizar una evaluación para determinar cuáles son las más vulnerables, a fin de y buscar una solución antes de que sea demasiado tarde.
Señaló que las edificaciones que fueron construidas en 1930-1979 corren más riesgos de colapsar, debido a que no existia un código sísmico que exigiera estructuras acordes a las actividades sísmicas de los suelos, es en el 1979 que sale un manual de recomendaciones que solo exigia diseños sísmicos a las construcciones a partir de cuatros pisos.
Reyes insistió en que para reducir los riesgos hay que analizar las edificaciones donde concurren más personas (espacios públicos como las escuelas y hospitales) y que los planteles escolares construidas a partir del 2011 se hicieron bajo el reglamento 1201, del 2010, que exige diseños sísmicos, pero que los limita la baja calidad de los materiales empleados.