En el papel timbrado de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología del Partido de la Liberación Dominicana se publica un documento producido por un grupo de miembros de ese organismo.
Sobre el mismo, lo primero es puntualizar que el Rector de la Universidad es el primer responsable de defender la institución frente a cualquier sector o persona que con sus acciones pueda dañarla. Con frecuencia, movidos por intereses de distintas naturalezas, surgen declaraciones que con la fachada de expresar preocupación o interés por la salud de la institución, procuran en realidad plantear intenciones dirigidas a mantener vigencia pública o a situarse en el afecto de individuos que en algún momento puedan beneficiarles con posiciones de influencia en el quehacer universitario.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) es la institución pública con los mayores niveles de apertura al escrutinio de la Sociedad. Es el entorno social del país en que se ejercen con mayor plenitud las prácticas democráticas. Sus debilidades son evidentes y no descubre ningún grupo novedades en listarlas con el propósito de lucir preocupados y aparentar que no tienen responsabilidad alguna en la generación de ellas.
Adolece el recién publicado documento de propuestas concretas para superar las dificultades de la UASD. Los problemas de la UASD no se niegan, como tampoco se puede negar que los mismos no se han originado en la presente gestión, sino que muchos de ellos tienen sus orígenes en tiempos muy lejanos. Con los años, estos problemas se han empeorado, entre otras cosas, por el aumento en la matrícula estudiantil y los escasos recursos que esta ha recibido como partidas presupuestarias asignadas por el Estado.
Es cierto, la Universidad tiene que desarrollar una estrategia dirigida a procurar mayores aportes de personas y organizaciones nacionales e internacionales que pudieran contribuir a mejorar aspectos que requieren de inyección de asistencia técnica, equipos y recursos económicos.
Se falta a la verdad cuando se señalan aspectos institucionales que quienes elaboraron el documento conocen bien a fondo cómo transcurren, pero que agregaron para hacerse simpáticos y ganar adeptos para sus aspiraciones en la institutción. Así, al señalar una pequeña verdad, se desglosan con amplitud los aspectos que se quieren destacar como debilidades, llegando hasta detalles diminutos propios del funcionamiento de cualquier institución pública.
El documento manifiesta, a propósito, desconocimiento de muchos aspectos de la gestión académica y administrativa, en parte, por el alejamiento del titular de esa Secretaría de los trabajos de la institución.
Deberían acercarse a conocer el mejoramiento sustancial en la plataforma tecnológica de la Universidad, en los procesos de admisión y en otros aspectos que se mencionan. Quienes leyeron el documento pueden advertir que la mayoría de los dieciocho aspectos reseñados se resuelven con recursos, de lo que todo el mundo sabe, la Universidad ha carecido desde hace muchos años.
Ha sido en esta gestión cuando por primera vez se establece un diálogo directo de los representantes de todos los sectores universitarios con el gobierno dominicano para tratar de los temas de la Universidad. De este diálogo, que no ha concluido, se han derivado resultados concretos, aunque insuficientes.
Como siempre, son reconocidos los aportes de la Universidad al gobierno, a los ayuntamientos, a los sectores productivos y a las organizaciones no gubernamentales que requieren asistencia. Los aportes a la solución de problemas de la ingeniería y arquitectura, de la agronomía y veterinaria, el área del derecho, de la economía, de la salud, de la educación, así como de otras áreas vitales para el país son evidentes y reconocidos. Son numerosos los acuerdos de colaboración suscritos con gran cantidad de instituciones públicas y del sector productivo nacional.
Es evidente que el propósito principal del documento analizado persigue fines electoreros, frente al futuro proceso eleccionario de la UASD. No hay propuestas en el mismo. Hay solo posiciones tomadas para procurar espacios secundarios en la contienda que se avecina. La UASD y las soluciones a sus dificultades quedan relegadas en el documento.
La rectoría de la UASD y todas sus instancias directivas agradecen y acogen los señalamientos sinceros que conlleven a la superación de dificultades, preferentemente cuando la identificación de limitaciones vaya acompañada de propuestas factibles para su superación.
Ciudad Universitaria,
14 de agosto, 2017.
Dirección General de Comunicaciones