EGRESADO DESTACADO
Leandro Campos
Nació en una mañana caliente del mes de agosto del año 1950. Era un hombre proveniente de una familia de campesinos. Pero eso no constituyó un obstáculo para su trascendencia social en el transcurrir del tiempo.
A temprana edad y cargado de rebeldía, siempre mantuvo la mira puesta en formarse como periodista en el único espacio donde encontraría cobijo para profesionalizarse y desarrollar sus ya manifiestas inquietudes sociales.
Logra graduarse de licenciado en Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), para ser investido académicamente de una carrera que ya ejercía. Con su título, pudo hacer realidad sus anhelos de profesionalizarse en su área.
El actual director del periódico El Caribe considera que ejercer el periodismo en la República Dominicana es un privilegio, mientras que, en otras latitudes es un riesgo que puede costar la vida.
Dice que al obtener el reconocimiento público implica una profundización del compromiso y la responsabilidad con el ejercicio de la profesión periodística a tiempo completo, y en el cumplimiento de los deberes ciudadanos.
Osvaldo Santana entiende que el compromiso real que se asume al ser periodista es con la sociedad, por lo que se siente responsable de hacer siempre lo correcto en el ejercicio de la comunicación, a cuyo valor debe apegarse un buen periodista.
La libertad de expresión es un producto social e histórico que se establece en la medida en que la humanidad alcanza niveles de convivencia afirmados en los valores de la cultura democrática.
La libertad de expresión seguirá siendo fundamental. Sin ella, las demás libertades no tendrían posibilidades para establecerse, porque la libertad de expresión es la base para la construcción de ciudadanías.
En la UASD
Durante su estadía en la UASD, el inquieto joven, confiesa que tuvo una vida activa, se involucró de manera militante en las luchas estudiantiles como parte del compromiso de los jóvenes de la época por los derechos democráticos de las personas, arrebatados por los gobiernos, en una sociedad sometida a la llamada dictadura blanda ejercida por Balaguer.
El destacado periodista confiesa que vivió en la UASD durante una etapa de riesgos, en la que estuvo preso en varias ocasiones, ya que ejerció una militancia activa en las actividades que se desarrollaban.
Manifiesta qué tan difícil era la convivencia de esos tiempos, en la que tuvo que mudarse en varias ocasiones para evitar la constante persecución política e ideológica. Las desapariciones eran de tal magnitud, que en una ocasión le dieron por desaparecido.
Confiesa que guarda momentos importantes durante su vida en la UASD, y dice no sentirse arrepentido de su accionar en la Universidad, ya que militó activamente en los grupos FRAGUA y Unión Nacional de Estudiantes Revolucionarios (UNER), los cuales le sirvieron como trampolín para que pudiera formar parte del cogobierno de la academia estatal, experiencia que le ayudó a solidificar sus valores.
Para Osvaldo Santana, la palabra compromiso ha sido consustancial a su vida. Siempre ha ejercido las funciones que le ha dado la vida, apegado a los valores y principios que lo forjaron, con sentido de prudencia y aferrado a lo ético.
Santana revela que la visión puesta de manifiesto en los roles desempeñados es parte de una concepción práctica que ha sido consustancial a su propia vida y asume que siempre hay que mantener una posición en cada espacio de la vida.
La destreza adquirida y su sólida formación política y social del destacado periodista le han permitido trillar una carrera de éxito al servicio de la comunicación del país. Su carrera ha ido en constante progresión, gracias a su trayectoria en el ejercicio de la comunicación, lo cual lo consagra como un verdadero ejemplo de cómo se debe ejercer la carrera periodística.
El transitar de su prolífera carrera inició como corresponsal de Radio Mil Informando y Listín Diario, desde su pueblo natal, para luego pasar a formar parte del Noticiario Popular, y más tarde, del equipo fundador del periódico El Nuevo Diario.
En ese medio se destacó como Jefe de Redacción y Director Ejecutivo, dando inicio a su carrera como gerente de medios. Su responsabilidad y compromiso en el ejercicio de la comunicación lo llevó a ocupar la posición de subjefe de Redacción de Última Hora, y más tarde, como jefe de Redacción de la Revista Rumbo.
Con 20 años de ejercicio, en 1997 se convirtió en Director Ejecutivo del periódico El Siglo, y posteriormente, director de Última Hora.
En la actualidad ocupa el cargo de director del periódico El Caribe, para completar una amplia y variada carrera periodística que lo consagran como uno de los más destacados ejecutivos de medios de la República Dominicana.