EDITORIAL
La Universidad los ve crecer y los cuida, facilitando que los mejores maestros y maestras dediquen sus conocimientos y experiencias para darles una formación adecuada, al tiempo de promover un ambiente de democracia y de respeto a sus derechos, sin importar sus creencias, origen geográfico, sexo, raza o nivel socioeconómico.
Defiende sus principios y propone alternativas de solución a los problemas de la Nación. Como la Patria, nos pertenece a todos y se ocupa de honrar a los que han contribuido a mantenerla como el Faro de Luz que ha sido desde su fundación.
Como la Patria, ha de armonizar las posiciones divergentes que concurren en su seno. Debe acoger propuestas para su mejoramiento y estar alerta frente a los peligros que la asechan. Tiene que actualizarse para responder a las demandas actuales y futuras.
Defender sus principios y seguir garantizando que las puertas para alcanzar una educación universitaria y mejores niveles de vida sigan abiertas para la población más pobre del país es su obligación.Como la Patria, deberá seguir reclamando a los gobiernos la garantía del financiamiento adecuado para seguir cumpliendo su misión.
A su interior, tiene la obligación de estar alerta para evitar confrontaciones fútiles de sus hijos y para mantener y aumentar la capacidad de enmendar sus propios errores.
Muchas más cosas pudieran señalarse en un símil entre la Patria y la UASD.Hagan ustedes el ejercicio de agregarlas, mientras se concluye aquí destacando el carácter amoroso de nuestra Alma Máter, que es Patria, que así ha sido y que así será