Victor acevedo

Martes, 19 Julio 2016 20:11 Visto 3106 veces

PUBLICADO POR :

Webmaster Email Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

Estudiante de publicidad, mención Crea­tividad y Gerencia. Para lograr esto, se requiere de la integración total de todos los actores del consumo masivo, además, es imprescindible redireccionar los esfuerzos actuales hacia propuestas más creativas y beneficiosas, que motiven y logren convencer a toda la sociedad, sobre la naturaleza de este proyecto.

Redireccionar el sistema  de saneamiento ambiental

Claramente, en ésta ínsula del archipiélago caribeño viven po­niendo parches a una realidad contaminante y descontrolada en lo referente al caos actual en el manejo de desechos sólidos, que diversas instituciones pú­blicas y privadas intentan miti­gar con criterios individualiza­dos; sin embargo, en la misión de estas iniciativas medio am­bientales deberían adicionar un punto urgente e importante, pa­ra que sean más funcionales en el cumplimiento de sus objeti­vos verdes, y es contar con la in­tegración activa de los principa­les actores del consumo masivo.

Para muestra basta un ejem­plo. Cada año los medios de co­municación impresos o la nom­brada “Prensa Escrita Dominica­na”, distribuye millones de ejem­plares de periódicos y revistas a nivel nacional, equivalentes a va­rias toneladas de papel impreso con quintales de tinta; estos pro­ductos pasan a ser desechos del consumo masivo y la mayor par­te de estos va, en enmarañados y pestilentes cargamentos sin do­lientes, hacia penosos vertederos públicos o son abandonados en improvisados puntos de desperdi­cios, dispuestos por doquier. En el peor de los casos, estos sólidos obstruyen desagües y cañerías de las vías públicas, produciendo inundaciones en combinación con fuertes lluvias torrenciales. Es costumbre quejarse de ayun­tamientos ineficientes o desbor­dados por falta de recursos, pa­ra hacer frente al inminente co­lapso del sistema de saneamien­to ambiental, que hoy nos ago­bia en la capital y el resto del te­rritorio nacional, salvo algunas excepciones. ¿Acaso estos dis­tinguidos grupos corporativos de comunicación están obvian­do que pueden aportar recupe­rando gran parte de los desechos generados por el consumo masi­vo de sus productos? ¿Están to­mando estas empresas todas las medidas necesarias para enfren­tar el impacto que genera el con­sumo masivo de sus productos actualmente?

Para lograr esto, se requiere de la integración total de todos los actores del consumo masivo, además, es imprescindible redireccionar los esfuerzos actuales hacia propuestas más creativas y beneficiosas, que motiven y logren convencer a toda la sociedad, sobre la naturaleza de este proyecto.

Luego de observar y analizar el poco impacto de numerosas campañas de reciclaje, evidente en la condición de los desperdi­cios en calles y aceras, está bas­tante claro que los consumido­res dominicanos no están dis­puestos a asumir mayor respon­sabilidad que quienes producen y ponen estos bienes a disposi­ción de la demanda.

Estos entes poseen los recur­sos económicos, plataformas tec­nológicas, logística y capital hu­mano capacitado necesarios para crear una planta de procesamien­to junto a diversas asociaciones empresariales y de medios impre­sos, con el objetivo principal de procesar los desechos menciona­dos y reutilizarlos en ciclos opti­mizados de tiempo, fortalecien­do de esa manera el valor de sus marcas, incrementando la ofer­ta y demanda de desechos impre­sos y sus derivados en el mercado local; además, con la oportuni­dad de exportarlos a los merca­dos orientales, interesados en ad­quirir estos subproductos; entre otros beneficios no menos atrac­tivos para inversionistas empren­dedores, fondos de inversión y la bolsa de valores.

Este plan puede ser emulado por industrias productoras de otros rubros, como son baterías alcalinas, baterías para vehículos e inversores, neumáticos, lubri­cantes para vehículos, embalajes y envases UHT, bebidas energi­zantes, polímeros y plásticos, re­puestos eléctricos, electrodomés­ticos, aceites comestibles y pro­ductos domésticos, etc.

La supervivencia histórica de los pueblos de hoy se fundamen­ta en todo lo que han hecho y en lo que hacen por el mañana. Re­comencemos por ahí.

Modificado por última vez en Martes, 19 Julio 2016 20:42

Deja un comentario

Asegúrate de llenar la información requerida marcada con (*). No está permitido el código HTML. Tu dirección de correo NO será publicada.