El director del Instituto de Criminología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) calificó la corrupción administrativa como un delito organizado y consideró que los ciudadanos (comunes o académicos) que viven en una democracia disfrazada, como en nuestro país, no deben sustraerse del mismo ni ignorar la simultaneidad que existe entre lo lícito y lo ilícito y entre el delito y la política.