Hay un Poeta en el Mundo…

Lunes, 27 Marzo 2017 15:20 Visto 6004 veces
Valora este artículo
(0 votos)

PUBLICADO POR :

Webmaster

Roberto ValentinPor: Roberto Valentín

“Hay un país en el mundo” es la marca indeleble del célebre Poeta Nacional. Un poema traducido a varios idiomas, al igual que su también emblemático “Contracanto a Walt Whitman”.

 

 

Pedro Mir fue aclamado por la crítica nacional e internacional como una voz auténtica y un potencial creador, a partir de la publicación de su exitoso poema “Hay un país en el mundo”, en 1949.

La magnífica pieza de corte social, escrita en La Habana, Cuba, durante el exilio del bardo petromacorisano, constituye una joya lírica, no sólo  caracterizada por versos magistralmente rítmicos y formidablemente estructurados, sino también representativos de la valentía de su pluma magnánima e inmarcesible.

Hay un país en el mundo es más que el producto de la actitud personal de un dominicano ausente tras saborear las hieles de la diáspora forzada, es el fruto de un compromiso social con la colectividad, el sentir de un hombre sensible cargado de solidaridad con un pueblo sufrido, de solidaridad con un país “sencillamente tórrido y pateado”/ “sencillamente triste y oprimido”.

Hay un país en el mundo es más que un canto-homenaje a los hombres y mujeres de los campos y bateyes, es más que una pincelada costumbrista a los ingenios y la caña de azúcar. Ciertamente, para su época, era un país “agreste y despoblado”.

Hay un país en el mundo constituye una expresión retratista de las miserias padecidas por dominicanos pobres, sobre todo de los tiempos en que fue escrito, una era de individuos agobiados, además, por las garras opresoras de un caudillo dictador: Rafael Leónidas Trujillo.

Pedro Julio Mir Valentín, hijo de un cubano y una puertorriqueña, es un quisqueyano que nos enorgullece, un caribeño nacido en San Pedro de Macorís en 1913 y fallecido en el año 2000. El insigne maestro, abogado, historiador y escritor, es un hijo meritorio de nuestra patria.

Ganador de merecidos e innumerables reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Literatura, en 1993. Ya en 1974 había recibido el Premio Anual de Historia, por su ensayo “Las raíces dominicanas de la doctrina Monroe”, mientras que al año siguiente su poema El Huracán Neruda le mereció el Premio Anual de Poesía.

Con razón, el profesor Juan Bosch, en un gesto visionario, en su columna del periódico Listín Diario, publicó,durante los inicios del petromacorisano en los afanes literarios, unos versos del poeta Pedro Mir encabezados por un título profético: ¿Será este muchacho el esperado poeta social dominicano?

Hoy, el nombre de Pedro Mir lo exhibe esplendorosa la biblioteca de la Primera Universidad del Nuevo Mundo. 24 mil metros cuadrados de construcción propagan en sus libros, sus múltiples salones y su magnífico auditórium, rayos de luces iridiscentes que rememoran y enfatizan los valores de un consabido intelectual, los mismos valores de un hombre y la nobleza de un nombre: el nombre del autor de Amén de Mariposas (su poema dedicado en memoria al asesinato de las hermanas Mirabal).

La familia uasdiana y los dominicanos en el país y alrededor del mundo debemos honrar por siempre a nuestro poeta nacional, don Pedro Mir, un destacado egresado y catedrático de nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Modificado por última vez en Lunes, 22 Mayo 2017 21:03

Deja un comentario

Asegúrate de llenar la información requerida marcada con (*). No está permitido el código HTML. Tu dirección de correo NO será publicada.