En los dos cuartos inferiores aparece un galgo sosteniendo una tea entre sus dientes que incendia el globo terráqueo, con lo que simboliza la fogosa oratoria de la Orden de los Predicadores. Señala la tradición que cuando la madre de Santo Domingo de Guzmán lo llevaba en sus entrañas, tuvo una visión en la que apareció un perro incendiando la tierra.
Por eso, cuando Santo Domingo fundó la Orden de los Predicadores para combatir las herejías de los Albigenses, a sus miembros se les denominaba “dominicanis”, que quiere decir “Perro del Señor”. Sobre el galgo hay dos ramos de laurel y de palma entrecruzados que representan el triunfo de la Orden de los Predicadores.
Sobre éstos, una estrella simbolizando una marca de nacimiento que tenía Santo Domingo en la frente. Todos sus símbolos están enmarcados por la inscripción: Academia de Santo Tomás de Aquino e Imperial Convento de Santo Domingo de la Isla Española.