donde se le ordena bajo pena de culpa que en cuando pueda, envíe con el favor del Rey de España, quince frailes a la Isla Hispaniola, situada en el mar índico, para recibir allí lugares y conventos y predicar la palabra de Dios. Este valioso documento es muestra fehaciente de la llegada de los primeros dominicos a la isla La Hispaniola, a impartir Teología y Sagradas Letras. Así inició la Educación Superior en lo que hoy es la República Dominicana.