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Pueblo impidió Balaguer usara a Caamaño como excusa para privatizar UASD

Miércoles, 18 Abril 2018 12:46 Visto 25687 veces

PUBLICADO POR :

Domingo Batista
“El Coronel de Abril” es el apodo que utiliza el pueblo para recordar al valeroso oficial militar Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Francisco Alberto Caamaño Deñó, ese heroico miembro de las esferas marciales se convirtió en la más alta expresión del nacionalismo frente a las invasoras tropas norteamericanas que mancillaron el territorio dominicano el 28 de abril de 1965.

 

Esa invasión se produjo después que el coronel Caamaño, junto a su homólogo Manuel Montes Arache y los “indetenibles” hombres ranas, junto a otros arrojados valientes, vapulearon a tiro limpio a los malos militares criollos del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), que se oponían al retorno a la constitucionalidad.

Es importante decir a las nuevas generaciones que esa lucha armada había comenzado el 24 de abril de ese año para restituir en la Presidencia de la República al profesor Juan Bosch, quien había sido derrocado por los más reaccionarios sectores del país.
Al intervenir los militares norteamericanos, esa revolución se convirtió en Guerra Patria para enfrentar la vulneración de la soberanía nacional.

La guerra llegó a su final con la firma de un armisticio entre las partes enfrentadas en donde se decidía la conformación de un gobierno provisional encabezado por el doctor Héctor García Godoy. Ese pacto incluía la celebración de elecciones nacionales el primero de junio del 1966.

De esos comicios, muy cuestionados quedó “electo” el doctor Joaquín Balaguer, quien había sido expulsado del país a raíz del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, régimen donde era una especie de sello gomígrafo. Al barrerse con la dictadura, la Universidad se recompuso orgánicamente hasta lograr su autonomía.

Entre otras cosas, el nuevo Consejo Universitario resolutó la expulsión de los profesores adláteres del trujillismo, entre los cuales estaba –precisamente- el doctor Balaguer.Todo hace indicar que, debido al rencor contra las acciones tomadas por el Consejo Universitario, el mandatario nunca escatimó esfuerzos para impedir la labor de formación de la UASD, tomando represalias económicas y de todas índoles.


Desembarco de Caamaño

Ya en el exilio, el coronel Caamaño consideró volver a la patria para enfrentar con las armas en las manos al régimen balaguerista, que bañaba en sangre al pueblo dominicano.

El corajudo militar se preparó ideológicamente y abrazó el método de la guerra de guerrillas para derrocar al mandatario negador de los derechos humanos y enemigo acérrimo de la UASD.

Desde meses antes de su desembarco, el dos de febrero de 1973, en Playa Caracoles, Azua, ya los organismos de seguridad sabían que esa acción se llevaría a cabo, pero no disponían de su fecha exacta.

Al producirse el hecho, el mandatario puso en ejecución un plan de contrainsurgencia.

Habla el sociólogo e historiador Martínez Almánzar


El maestro Juan Francisco Martínez Almánzar dijo que el doctor Balaguer quiso aprovechar el desembarco del coronel Caamaño en Playa Caracoles para reprimir a los sectores opositores y desconocer la autonomía de la universidad estatal.

Significó que la cuarta ocupación policíaco-militar de ese régimen en la UASD se produjo desde el cinco de febrero con la colocación de tanques de guerra en las bocas-calles de la Ciudad Universitaria.

Martínez Almánzar observó que, además de golpear a los amplios sectores que lo combatían, Balaguer quiso involucrar a la academia en esos aprestos, para justificar su intervención y entregársela al sector que siempre ha preconizado su privatización.

En esa ocasión, como otras muchas veces, el gobierno balaguerista (aprovechando el desembarco guerrillero de Caamaño) se proponía intervenir -de manera definitiva- la UASD, para designar nuevas autoridades e iniciar una depuración estudiantil.

El catedrático uasdiano afirmó que esa versión era atribuida a funcionarios gubernamentales y puesta de manifiesto por el secretario general de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) de esa época, el hoy médico Juan López.

Precisó que esas intenciones provocaron el surgimiento de un amplio movimiento en la sociedad dominicana, integrado por organizaciones de distintas áreas y partidos políticos que demandaban el levantamiento del cerco militar.

Señaló que “aunque sacaron los tanques de los alrededores de la Ciudad Universitaria, la UASD seguía ocupada y Balaguer arremetía contra la academia, a pesar de que no la mencionaba por su nombre, tal como hizo en su discurso del 27 de febrero de ese año ante la Asamblea Nacional”.

De igual modo, el sociólogo e historiador resaltó que –en esa comparecencia- Balaguer reiteró su rechazo de aumentar el presupuesto a la UASD y criticó la política de puertas abiertas iniciada por el Movimiento Renovador. Esa política facilita hasta hoy la entrada sin restricciones a los estudiantes que se graduaran del bachillerato.

Martínez Almánzar significó que las críticas en contra no hicieron cambiar el movimiento de opinión pública en favor de que se desocupara la UASD y se aumentara su presupuesto.

Enfatizó que esas acciones hicieron que la población aumentara su creencia de que el primer ejecutivo de la nación reaccionaba así porque el Jefe del Estado nunca perdonaría su expulsión de la academia y que en cualquier momento procedería a la supresión de su autonomía.
Al conversar con los periodistas de El Universitario, el maestro apuntó que –en esos tiempos- las autoridades universitarias, con el rector Jottin Cury a la cabeza, no se cruzaron de brazos y el lunes cinco de marzo, en el Colegio Don Bosco, el Claustro decidió un programa de lucha para rechazar las intenciones del primer ejecutivo de la nación.

“En un principio, Balaguer no hacía caso a los continuos reclamos de la nación a través de los medios de comunicación y que él no había concretizado la medida porque se le hizo difícil conformar un equipo de personas con prestigio que se decidiera hacerse cargo de la institución”, refiere Martínez Almánzar.

Destacó que esas maquiavélicas medidas fueron anuladas por la lucha desplegada por el pueblo dominicano a través de sus diferentes estamentos de presión.

Puso de relieve los constantes comunicados de las más prestigiosas organizaciones profesionales, políticas, sindicales, religiosas, clubísticas y sociales que –según el catedrático- no cedieron en sus reclamos.

Entre esas instituciones, mencionó al Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA); Sociedad Oncológica Dominicana; Asociación Médica Dominicana (AMD); Asociación Dominicana de Abogados; Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Asociación Nacional de Profesionales Agrícolas (ANPA) y el Colegio Dominicano de Economistas.

De igual manera, Martínez Almánzar mencionó los grupos estudiantiles que accionaban en la UASD en esos tiempos y los profesores de los principales colegios privados.

Al respecto, nombró a los maestros que laboraban en el Loyola, San Francisco de Asis, Santa Teresita, De La Salle, Los Benjamines, Espaillat, Cristóbal Colon, Cardenal Sancha, José Martí, Onésimo Jiménez, Nuestra Señora del Pilar, Santa Martha y Pedro Henríquez Ureña.
Proclamó que “el pueblo dominicano luchó incansablemente y el tres de abril –a los 58 días de la ocupación- logró que el gobierno de Balaguer devolviera al rector Cury, en nombre de su Consejo Universitario, el centro de formación profesional.

 

Modificado por última vez en Miércoles, 18 Abril 2018 12:59